Dolor del dolor
más abominable
un tache a la historia
que permitió
cortarle los sueños al sol
llenando de pesadillas
su delgada voz
que le acompañó
para siempre.
Le oigo
y me conmueve
su esquirlado canto.
¡Ave María por el espanto!
¡Gratia plena
a tu sexo mutilado!
¡Ave María a tu voz
de niño eterno!
¡Ora pro nobis
por esa ignominia que nos
aclcanza!
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